Hemos seleccionado extractos del interesante reportaje “La Tierra pide un respiro” firmado por Janira Gómez y David Muñoz publicado en el ideario.com.
La contaminación no entiende de fronteras y no afecta sólo a un país. Las consecuencias futuras serán generales. Nuestra contaminación produce el calentamiento global y el cambio climático, destruye los ecosistemas marinos y la capa de ozono, pero también nos engorda y enferma.
La polución que producen compuestos químicos como los insecticidas, está asociada un mayor riesgo de padecer infartos, problemas respiratorios, tumores, obesidad y diabetes.
En el caso de la obesidad algunos de nuestros contaminantes cotidianos se hacen pasar por hormonas que confunden el organismo y desencadenan desarreglos en el metabolismo. Del mimo modo ocurre con la diabetes. Magda Gasull, investigadora del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMM) de Barcelona, relaciona esta enfermedad con una acumulación de concentraciones contaminantes por todo el cuerpo.
En 2050, Alok Jha, periodista experto en ciencia y tecnología, cree que podría haber refugiados climáticos y Miren Cajaraville, catedrática de biología celular de la UPV afirma que esos desplazamientos podrían producirse también en el reino animal: “El cambio climático lo estamos provocando, sobre todo, los seres humanos con el aumento de CO2 en la atmósfera. Por el calentamiento global muchísimas especies están moviéndose del sur al norte”.
Contaminar o hacerle perder el equilibrio a la Tierra
La naturaleza no es una fuente ilimitada. Estamos alterando de manera nociva su estado a un ritmo frenético, es decir, la estamos deteriorando introduciendo agentes contaminantes. La contaminación atmosférica causa un gran daño al medio ambiente y la muerte prematura de 2,3 millones de personas en el mundo, según la Organización Meteorológica Mundial.
Un estudio de la UE prevé que para 2050 haya un mayor deterioro del aire. Sus enemigos más problemáticos son el dióxido de carbono, de nitrógeno y el ozono. Esta contaminación se debe a los escapes de gases de los motores, aparatos domésticos y a las industrias. Asimismo, la contaminación de ríos, mares y lagos provoca la destrucción de la vida acuática. Tan sólo el 0,007% del agua que hay en la tierra es potable y esa cifra se reduce año tras año debido a la contaminación.
Reportaje completo en: http://elideario.com/reportaje-contaminacion-la-tierra-pide-un-respiro/